jueves, 10 de marzo de 2016

TODO ES UNA MENTIRA

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Mientras pasaban los días , ella más consciente era que se pasaba su vida, ,,entre colores más suaves cálidos ténues veía por encima de su gorro un mundo que se perdía,

Mientras pasaban las horas, los minutos de esos días, ,, pudo por fín darse cuenta que no eran colores variables los que variaban sus días, de azul intenso a más suaves o de rosas la envolvían otros colores que hacían que ella por dentro ardiera, eran colores de fuego ,pues quemaban esos días que el sol andaba caliente y el cielo libre de nubes le llamaban y atraían,

Pero hace tiempo que estaba metida de lleno en grises que atormentaban su vida, No veía más colores pues con gorros o sombreros o pañuelos los cubría,,,Estaba atrapada en algo que alguna vez intuía que no tendría salida sin no elevaba el vuelo y por una vez se íba

Ya no eran días ni meses, no eran minutos ni días, ,,,se alargaban estaciones de las que nunca salía,,atormentada y metida en un invierno tan frío que congelaba sus manos mientras ellas escribía, se daba cuenta del tiempo, que pasaba sin demora y que se le íba con prisa

Ella siempre algo intuía, que llegaría ese, día , siempre estuvo preparada para recibirlo digna, sin los temores de otras veces que quedaba estancada en estaciones que no tenían salída

Pero esta era distinta, algo ella ya intuía, cuando le dolía el alma y ya apenas escribía y si lo hacía siempre era por una promesa que hizo por mantenerse con vida

Mas la vida lel faltaba, mientras pasabanl los días, pues menos fuerzas tenía, ya apenas tenía vida, dormitaba muchas horas y tenía pesadillas,

Era claro que sus días anunciaban que o volaba o se moría de pena entre sábanas y mantas con las que ella siempre escondía sus anhelos y su vida

Nadie tenía la culpa, eso ya ella sabía, Ya le habían muchas veces anunciado que era ella , la que se estaba matando y no había medicina que curara su desdicha

Aún hubo un tiempo que ella , aún creía en la gente y no en unas simples pastillas, que aliviaran su quebranto y aliviaran su tristeza pues apenas sonreía, pero en su última vista con ´áquel que si sabía o decía que sabía,ella se dió cuenta enseguida que su mundo era mentira , que no había esa medicina que alivara a un alma triste lo que le que un día le robaran y nadie le devolvía

Decidida le hizo caso a ese señor que sabía pero diciendo a si misma , a mi no me engañas más tomando tantas pastillas, si se acaba mi tormento que se acabe por mi misma, porque mi alma se cura , ya no creo en las pastillas, tras el paso de los años comprobé que son mentira y ahora estoy más perdida que cuando empecé a creer a esos que tanto saben o dicen en que consiste la dicha
Hoy por hoy yo soy consciente que no reside en pastillas pues a mí muy poco a poco me han ído robando la vida

M.F.S
Ragonneau Pierre